Trastorno del Espectro Autista – TEA

TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA - TEA

¿Qué es el Trastorno del Espectro Autista?

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo con distintos grados y manifestaciones, y causas tanto de tipo genético, biológico como ambiental.

Suele reconocerse en una fase temprana de la niñez, lo que es esencial para el diseño del tratamiento psicológico. Un diagnóstico temprano del TEA permite establecer un programa de intervención precoz que potencie las capacidades del niño y que compense sus dificultades, además de proporcionar información y orientación a los familiares. Aunque este tipo de trastorno persiste hasta la edad adulta, sus manifestaciones pueden modificarse en gran medida por la experiencia y la educación, por lo que el tratamiento psicológico es fundamental.

¿Cómo se diagnostica el TEA?

El diagnóstico de TEA debe ser realizado por un médico o un psicólogo clínico, y debe incluir una entrevista exhaustiva sobre la historia del desarrollo del niño, métodos de observación directa y administración de pruebas y/o test complementarios. Cuanta más información disponible, más fiable será el diagnóstico, por lo que es recomendable que las principales personas que participen en los distintos contextos de la vida del niño (casa, escuela, extraecolares, pediatra, etc.) informen acerca de su comportamiento.

Los principales síntomas del Trastorno del Espectro Autista pertenecen a tres amplias categorías:

  • Comunicación. Pueden presentar un retraso en el lenguaje, variable en intensidad y repercusión. Puede mostrar formas de expresión infrecuentes, hablar con volumen excesivo o sin entonación. También es posible que no utilicen el lenguaje corporal para comunicarse, como sonreír o asentir con la cabeza. Suelen no entender la base del sentido del humor y palabras con sentido figurado. Todos estos síntomas repercuten en que el niño con autismo inicie o mantenga una conversación con otras personas.
  • Socialización. A menudo los padres de niños con TEA se preocupan porque sus hijos, desde los pocos meses de vida, no establecen contacto ocular y no buscan proximidad física con ellos. No comparten sus intereses ni emociones con nadie, y apenas juegan con otros niños. Por otra parte, como resultado de las dificultades en la comunicación, el niño con TEA puede sentirse frustrado e incluso presentar problemas de comportamiento.
  • Presencia de conductas repetitivas, hipersensibilidades sensoriales y adherencia a rutinas o patrones de conducta ritualizada u obsesiva.
  • Pueden presentar un tipo de comportamientos, llamados estereotipias, que se presentan como rituales sin un objetivo específico, como girar, balancearse, aplaudir o golpearse la cabeza. En algunos casos pueden llegar a autolesionarse. Debido a la presencia de intereses restringidos, tienden a preocuparse por las partes de los objetos o temas concretos (trenes, dinosaurios, astronomía, etc.). También hipersensibilidad sensorial a los ruidos, tacto, etc. Además, se suelen resistir a los cambios, prefiriendo la rutina.

¿Cuál es el tratamiento del Autismo?

El tratamiento psicológico de los niños con TEA debe ser iniciado lo más tempranamente posible (idealmente antes de los 3 años) y la programación de la intervención debe ser individualizada. El proceso terapéutico se basa en la educación, apoyo social y tratamiento de los síntomas clínicos a lo largo de toda la vida, incluyendo la adultez. El objetivo es potenciar el desarrollo de las competencias sociales, comunicativas y adaptativas. Asimismo, el tratamiento debe estar orientado a la reducción de los síntomas y conductas desadaptativas. Es importante que la intervención incluya todos los contextos posibles en que se desenvuelve el niño (familia, escuela, comunidad) y a los padres y familiares más próximos. Los tratamientos según el momento de desarrollo y evolución del paciente serán individuales y/o grupales (grupos de habilidades sociales para personas con TEA).

A modo de conclusión, teniendo en cuenta la complejidad de los TEA, es importante realizar un diagnóstico temprano y riguroso de los TEA, ya que permiten garantizar una educación ajustada a las necesidades individuales del niño y desarrollar todo su potencial, para lograr el mejor ajuste social y ocupacional.

Estos son los principales modelos terapéuticos con los que se interviene desde el servicio a las persona con TEA :