Trastornos del neurodesarrollo en la vida adulta

Los trastornos del neurodesarrollo se producen por la evolución anormal del cerebro o daños en edad temprana. Los más conocidos son Trastorno por déficit de atención con/ sin hiperactividad, el Trastorno del espectro autista, los Trastornos específicos del aprendizaje, los Trastorno de la comunicación y la Discapacidad intelectual.

La mayoría de estos trastornos mejoran e incluso pueden hacer remisión parcial con la intervención apropiada. Otros, en cambio, presentan un curso crónico a lo largo de la vida. En muchos casos es importante realizar una adecuada intervención y seguimiento a lo largo del ciclo vital. Con el objetivo de poder acompañar y dar mayores recursos al paciente y a su familia.

Destacamos los trastornos en la etapa adulta más habituales que atendemos en la consulta:

Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en la vida adulta

Se caracteriza por síntomas de desatención y/o impulsividad-hiperactividad. Existen tres subtipos dependiendo de si el síntoma predominante es el déficit de atención, la hiperactividad-impulsividad o si ambos están presentes en la misma medida.

Los adultos con TDAH presentan principalmente síntomas de inatención e impulsividad, puesto que los síntomas de hiperactividad disminuyen con la edad.

El tratamiento de TDAH en la vida adulta consiste en adaptar la intervención a las distintas manifestaciones clínicas que presenta el trastorno en la vida adulta. Las dificultades más comunes en adultos son la falta de concentración, problemas de memoria, dificultad para la organización diaria, problemas con rutinas y horarios y conductas impulsivas.

Las intervenciones psicoterapéuticas están orientadas a lograr que el paciente obtenga mayor conocimiento sobre el TDAH, de forma que le permita detectar la interferencia del trastorno en su vida cotidiana (trabajo, estudios, pareja, familia, amigos, etc.) y afrontar los problemas emocionales, cognitivos y conductuales asociados al trastorno.

Trastornos del Espectro Autista (TEA) en la vida adulta

Son un grupo de personas que tienen afectación en las áreas de socialización, comunicación y conducta. Los síntomas pueden incluir dificultades en las relaciones sociales (como por ejemplo no entender las intenciones de los demás y como consecuencia pueden presentar falta de empatía), retrasos en el lenguaje, intereses restringidos y, solo en algunos casos, discapacidad intelectual. Los síntomas del TEA en la vida adulta se manifiestan de forma distinta en cada persona y el nivel de gravedad es variable.

Los objetivos generales del tratamiento del TEA en el adulto son mejorar las habilidades socio-emocionales y la calidad de las relaciones interpersonales, desarrollar mayores competencias en la comunicación, flexibilidad cognitiva, aumento de los intereses personales, y favorecer la utilización de estrategias adecuadas para el manejo la ansiedad y la frustración.

Discapacidad intelectual en adultos

La discapacidad intelectual en adultos conlleva varias limitaciones significativas en las habilidades que la persona aprende para funcionar en su vida diaria, comprender, e interactuar con el entorno. Se caracteriza por déficits en el funcionamiento intelectual de la persona, tales como: Dificultades en el razonamiento, la resolución de problemas, la planificación, el juicio, el pensamiento abstracto, en la toma de decisiones, en el aprendizaje académico y el aprendizaje a partir de la experiencia. Estas deficiencias deben confirmarse siempre mediante una evaluación clínica y test de inteligencia estandarizados, aplicados por un profesional.

Cuando se habla de discapacidad intelectual, hay que tener en cuenta siempre la variabilidad individual, las diferencias que presentan cada una de las personas cuyo diagnóstico coincide con esta categoría. Hay diferentes tipos: leve, moderada, grave y profunda. En la consulta solo se tratan los tipos leve y moderada.