La psicología no se ocupa únicamente de desarrollar intervenciones orientadas a problemas y dificultades psicológicas. Existe un tipo de tratamiento psicológico, la terapia orientada al crecimiento personal, que se centra en buscar métodos y estrategias para desarrollar y optimizar los recursos y fortalezas de las personas, mediante un proceso de autoconocimiento y transformación.
Aunque los objetivos son flexibles, dinámicos e individuales, la terapia de crecimiento personal ofrece la posibilidad de:
- Tomar conciencia de los valores y creencias, así como detectar y cambiar aquellos que pueden obstaculizar el proceso de crecimiento.
- Identificar y fijar metas y objetivos relevantes y realistas.
- Mejorar la autoestima y la autoconfianza, a través de descubrir y potenciar las fortaleza y aceptar las limitaciones.
- Desarrollar hábitos de autocuidado, a través de conectar con las propias necesidades y deseos.
- Mejorar la comunicación con los demás.
- Reducir el estrés diario.
El especialista, las técnicas y las ganas de conocerse a uno mismo, permitirán que el proceso de crecimiento personal avance y se desarrolle de forma favorable.
La finalidad última de la terapia centrada en el crecimiento personal es mejorar el bienestar emocional y aumentar la calidad de vida de las personas.