Entre los temas que más preocupan a las personas se encuentra la muerte. El dolor ante la pérdida de un ser querido es profundo e incluso insoportable. El duelo es el estado en el que la persona se sumerge tras la muerte de un ser querido y puede resultar doloroso e incapacitante. Tanto la duración del duelo como la intensidad de las emociones dependen de muchos factores; como la relación con el ser querido, las circunstancias del fallecimiento, las pérdidas anteriores, el estilo de afrontamiento y el apoyo social de la persona, entre otros.
Pero no sólo la muerte de un ser querido puede llevar a elaborar un proceso de duelo. Cualquier acontecimiento que sea vivido como una pérdida puede poner en marcha este proceso: un divorcio, una separación, una ruptura, un cambio de lugar de residencia, un cambio en la etapa evolutiva, la pérdida de una ilusión o un sueño, un objeto simbólico, un animal de compañía, pérdidas den las funciones cognitivas o motoras y muchos más. Son ejemplos, entre otros, de pérdidas que provocan sufrimiento y pueden iniciar un tipo de duelo.