Se emplea el nombre de “trastornos del aprendizaje” para indicar dificultades en los procesos neuropsicológicos que están detrás de las competencias básicas para el aprendizaje de habilidades específicas, como la lectura, la escritura y el cálculo.
Estas dificultades pueden generar interferencias también a nivel de habilidades superiores, como la organización y el razonamiento abstracto. Se trata de trastornos que tienen una causa genética, congénita y neurobiológica, y que no son causados por problemas a nivel psicológico, por déficit de inteligencia ni por factores de riesgo socio-cultural. Los trastornos del aprendizaje generan interferencia a nivel escolar, así como repercuten en la autoestima de los niños que los presentan.
Se trata de un trastorno presente entre un 5 y 10% de la población infantil y suele detectarse en el momento en que el niño llega al segundo curso de primaria.