Ansiedad por separación

Por 14/07/2020 octubre 14th, 2020 Temas de psicología infantil-juvenil

Las despedidas llenas de llantos y rabietas son habituales en los primeros años de la vida de un niño. Alrededor del primer cumpleaños, muchos niños desarrollan ansiedad por separación, alterándose cuando uno de sus padres intenta dejarlos con otra persona. Disponer de algunas estrategias puede ayudaros tanto a ti como a tu hijo a sobrellevar esta etapa.

Aparición de la ansiedad por separación

Siempre que se satisfagan todas sus necesidades, los bebés se adaptan bastante bien a otros cuidadores. Lo más probable es que sean los padres quienes tengan más ansiedad al separarse de sus bebés.

Entre los 4 y los 7 meses, los bebés desarrollan el sentido de “permanencia de objeto”: empiezan a darse cuenta de que las cosas y las personas existen aunque no las puedan ver. Aprenden que, cuando no ven a mamá y papá, significa que se han ido. Todavía no comprenden el concepto del tiempo, de modo que no saben que volverán y se pueden alterar en su ausencia.

Entre los 8 meses y el año, los niños se vuelven más independientes, pero se sienten todavía más inseguros cuando se separan de sus padres. Es en esta etapa cuando se desarrolla la ansiedad por separación. Ya sea que te vayas a la habitación de al lado durante unos segundos, dejes a tu hijo con un cuidador por la tarde o lo lleves a una guardería, podría reaccionar llorando, aferrándose a ti y resistiéndose a que lo atienda otra persona.

La ansiedad por separación puede aparecer desde los 8 meses hasta los dos años y medio. Algunos niños nunca la llegan a experimentar, mientras que otros pueden sufrir acontecimientos vitales estresantes (como un nuevo cuidador, el nacimiento de un hermano, un cambio de domicilio, etc.) que pueden desencadenar sentimientos de ansiedad con respecto a separarse de sus padres.

¿Cuánto dura la ansiedad por separación?

Puede durar, dependiendo del temperamento de cada niño y de cómo respondan sus padres, desde la primera infancia hasta la escuela primaria.

Cuando la ansiedad interfiere en las actividades normales del niño, puede ser un indicador de que padece un trastorno de ansiedad más profundo. Si aparece de repente en un niño mayor, podría haber otro problema, como acoso escolar o malos tratos.

¿Qué sientes ante la ansiedad de tu hijo?

La ansiedad de tu hijo te puede hacer sentir una variedad de emociones. Por un lado, puede ser agradable sentir que tu hijo, por fin, te corresponde con el apego que siente por ti. Por otro lado, también es posible que te sientas culpable por tomarte tiempo para ti, ir a trabajar o dejar a tu hijo con un cuidador. También puedes sentirte agobiado por la gran cantidad de atención que parece necesitar.

Ten en cuenta que el hecho de que tu hijo no quiera que te vayas es una buena señal de que se ha establecido un apego saludable entre ambos. Al final, acabará por recordar que cuando te vas siempre vuelves, y eso será suficiente para que te quedes tranquilo mientras estás fuera. Esto también ofrece a los niños la oportunidad de desarrollar habilidades de afrontamiento y un poco de independencia.

Haz las despedidas más fáciles

  • El momento lo es todo. Intenta no empezar a llevar a tu hijo a una guardería donde lo cuidará una persona desconocida entre los 8 meses y el año de edad, cuando es más probable que aparezca la ansiedad por separación por primera vez. Así mismo, intenta no separarte de él cuando esté cansado, hambriento o inquieto. De ser posible, programa el momento de tus salidas para después de las siestas o de las comidas.
  • La importancia de practicar. Practica con tu hijo el estar separados el uno del otro, y ve presentándole, poco a poco, personas y lugares nuevos. Si piensas dejarlo al cuidado de un familiar o de un canguro nuevo, invita a la persona antes para que pasen un tiempo los dos juntos mientras tú estás en la misma habitación. Si va a empezar a ir a una nueva guardería, visitad el lugar juntos varias veces antes de dejarlo allí durante el horario completo. Practica dejarlo con un cuidador durante períodos cortos, para que pueda ir acostumbrándose a estar separado de ti.
  • Mantén la calma y sé coherente. Crea un ritual de despedida, donde puedas decirle «adiós» de forma agradable y cariñosa, pero también con firmeza y sin vacilaciones. Mantén la calma y trasmite confianza a tu hijo. Asegúrale que vas a volver y explícale cuánto tardarás en regresar utilizando conceptos que pueda entender (por ejemplo, después de comer). Concédele toda tu atención al despedirte, y cuando digas que te vas, vete; si vuelves, solo empeorarás las cosas.
  • Cumple tus promesas. Es importante que te asegures de regresar cuando hayas prometido hacerlo. Esto es fundamental; así, tu hijo desarrollará la confianza de que puede sobrellevar este tiempo de separación.

Por muy difícil que te resulte separarte de tu hijo mientras llora y grita tu nombre, es importante que confíes en que tu cuidador podrá hacerse cargo de la situación. A los pocos minutos de irte, es posible que ya se haya tranquilizado y esté jugando con sus cosas.

Si estás cuidando al hijo de otra persona que está experimentando ansiedad por separación, intenta distraerlo con una actividad, un juguete, canciones o juegos. Trata de no mencionar a sus padres, pero responde a sus preguntas de forma clara y directa (por ejemplo, “Mamá y papá volverán cuando acaben de cenar. ¡Juguemos con este juguete tan divertido!”).

Es algo temporal

Recuerda que esta fase pasará. Si a tu hijo nunca lo ha cuidado nadie más que tú, si es tímido por naturaleza o está sometido a otros factores estresantes, su ansiedad por separación podría ser peor para él que para otros niños.

Confía en tu instinto. Si tu hijo se niega a estar con un cuidador en concreto o a ir a una determinada guardería o muestra signos de tensión, como dificultad para dormir o pérdida del apetito, podría haber algún problema relacionado con la persona o la situación encargadas de cuidarlo.

Si hay una ansiedad intensa que se mantiene durante la etapa de preescolar, la escuela primaria o más adelante e interfiere en las actividades cotidianas de tu hijo, habla con su médico. Podría indicar un problema más grave conocido como trastorno de ansiedad por separación, que les produce miedo a perderse y les hace creer que les ocurrirá algo malo. Estos son los signos más habituales de este trastorno:

  • síntomas de ansiedad (náuseas, vómitos, dificultad para respirar) o crisis de ansiedad (o ataques de pánico) antes de que uno de los padres salga de casa;
  • pesadillas relacionadas con la separación;
  • miedo a dormir solo;
  • preocupación excesiva por perderse, ser secuestrado o ir a sitios sin sus padres.

En la mayoría de los niños, la ansiedad por separarse de sus padres se supera sin necesidad de recibir atención médica. No obstante, si te preocupa esta cuestión, habla con el médico de tu hijo.

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