Conclusiones I Simposio Mujer Asperger Sevilla

Por 09/07/2018 enero 10th, 2019 Eventos

 

Los pasados días 4 y 5 de mayo asistí al I Simposio Mujer Asperger organizado por la Asociación Sevillana de Síndrome de Asperger. El evento, el primero de estas características, fue muy interesante para poder conocer las diferencias en la manifestación de los síntomas del TEA según el género y cómo las mujeres pasan más desapercibidas porque tienen más habilidad para camuflarlos. Del simposio podemos extraer varias conclusiones:

Desde un punto de vista neurobiológico, los procesos de cognición social parecen ser diferentes, ya desde el inicio del neurodesarrollo, en varones y mujeres. El género influye tanto por el distinto ritmo de maduración en procesos como el de la mielinización como por la acción de las hormonas sexuales. Algunos estudios sugieren que, además, estos son factores de protección frente a la expresión de la carga genética, que parece ser mayor en el sexo femenino.

En general, el síndrome de Asperger y los TEA llamados “de alto funcionamiento” en la mujer son diferentes a los del varón. Sin embargo, por desconocimiento de esta diferencia, los criterios de diagnóstico tienen un sesgo masculino. Asimismo, los instrumentos de detección, cribaje y diagnóstico están adecuados a la presentación de los TEA en varones, por lo que parece más que probable que la supuesta diferencia de ratio de diagnóstico varón/mujer se deba a la inadecuación de dichos criterios.

De hecho, los errores diagnósticos más frecuentes se basan en el desconocimiento de que las mujeres Asperger sí pueden establecer contacto visual, sí pueden preocuparse por su aspecto, son inteligentes, no tienen por qué́ manifestar estereotipias conductuales, sí pueden mantener una conversación de tú a tú e incluso pueden aprender a mantener conversaciones superficiales. Hay que evaluar no solo si tienen relaciones sociales, sino cómo es la cualidad de esas relaciones y cómo es su papel y conducta en grupo.

Las mujeres Asperger tienen más empatía que los varones, pero sin embargo les cuesta más relacionarse con otras mujeres de su mismo nivel evolutivo. Tienen más capacidad de introspección que los varones, más mecanismos de autorregulación (estereotipias) y de adquisición y aprendizaje por observación e imitación y más conductas socialmente aceptables o funcionales, lo que supone un mecanismo de camuflaje de los signos autísticos para mejorar su encaje social. No obstante, tienen una vivencia dolorosa de no estar siendo ellas mismas y de tener que mantener una máscara social que les exige un sacrificio personal y emocional y que incluso les puede hacer asumir roles sexuales o de género. Manifiestan una ingenuidad social que las hace altamente vulnerables y manipulables, por lo que tienen un gran riesgo de ser víctimas de abuso, y altas tasas de suicidio en la edad adulta.

No son remitidas a evaluación psicológica por su sintomatología autística sino por problemas sobrevenidos del gran esfuerzo que hacen por socializar y mantener una situación de camuflaje social. En todos los casos, mantienen un alto nivel de ansiedad, lo que se traduce con frecuencia en sintomatología depresiva, trastornos del sueño o alimentarios, ansiedad social, desregulación emocional, fobias, dolores, etc.

El diagnóstico conlleva una sensación de liberación y autocomprensión, pero también se señala que se debe dar un diagnóstico cuando estamos ante casos que realmente comporten una discapacidad, una disfuncionalidad o un cuadro de sufrimiento personal, dado que los TEA suponen un continuo. Se debate sobre los nuevos conceptos diagnósticos del DSM-5 tales como el trastorno de comunicación social, del que más de una ponente hace observar que significaría realmente un trastorno de la cognición social y, por tanto, una entidad nosológica, muy probablemente mediada por motivaciones económicas por parte de las empresas aseguradoras y los sistemas de salud. En este sentido, se sugiere en debate que es más probable para una mujer que para un varón Asperger ser sacada del espectro TEA y ser diagnosticada con TCS, con el riesgo de pérdida de apoyos y derechos que ello comporta.

El diagnóstico de Asperger en mujeres debe ir más allá́ del análisis de la conducta y requiere una gran experiencia en el manejo de instrumentos como el ADI-R o el ADOS-2, pero teniendo en cuenta la diferencia de presentación de los signos según el género. Por ello, la ponencia hace hincapié en que la intervención debe ser muy individualizada y centrada en el mundo emocional, diferente según la edad y respetuosa con la forma de ser. No debe cambiar a la persona sino darle herramientas y propiciar su bienestar emocional.

 

https://aspergersevilla.jimdo.com

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